(entre Mitte y Dahlem 11 Okt 06)
Salgo a soltar las piernas [como otros sueltan sus perros...o a soltar los pernos sobre el pasto... ah la brisa cargada de navajas]. En la calle los vagos nos reconocemos, dar pasos sin propósito es un arte suave que se deja notar y sólo están para notarlo quienes dan pasos sin propósito. En qué banco detenerse a rebobinar la lista de los pensamientos, a calibrar el desfile ocioso que atestiguamos adentro –retazos de frases y memoria—con el desfile ocioso que atestiguamos afuera... rostros... ah, cómo imantan el corazón los rostros con sus parecidos y sus sorpresas. Caderas jóvenes que inducen pequeñas fogatas de utopía y ajetreos y devaneos y conductas merecedoras de una bitácora más minuciosa que este pedazo de libro.
Nada que hacer, y salgo a cavilar sobre los seres humanos ignorando el color que por la noche adquirieron las hojas de las caducifolias y las palpitaciones que induce la brisa en los flequillos del pasto. Ignoro la discreción de los tordos y solo atiendo sin nada que hacer a quienes me ignoran... el muro gris con toda su brutalidad no podría ignorarme... y un grito anarquista de Banksy irrumpe en mi conversación!
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