viernes, 27 de marzo de 2015

Escuadrón

Para estar unas horas con sus pequeños hijos,
Toma la carretera muy de noche, extenuado.
Los desvelos en la obra hacen su travesura
Y en una negra curva se vuelca a la cuneta.

De las sombras emerge un escuadrón de niños.
Sincronizados, raudos, se adueñan del siniestro.
Uno entra a la cajuela. Otro entra a la cabina.
Mientras dos más se ocupan del conductor noqueado.

Por asfixia rematan lo que el choque hizo a medias.
En diez minutos cortos vuelven a la penumbra.
Llegando a casa entregan el botín a un adulto.
Portafolio, laptop, reloj, cartera, gafas.

Sólo guardan para ellos los pequeños retratos
De  tres niños sonrientes y su madre burguesa.
A partir de mañana los harán personajes
De la historia de hechizos que ilumina sus días.

sábado, 14 de febrero de 2015

Semanario

                                         Odio que mi vida esté parcelada en semanas
                                                                                            Alvar Torres


Los domingos son rancios por su regusto a lunes.
Los sábados los anteceden, anticipan y --aunque ebrios--
ocultan mal su tristeza y pesadumbre
que estropea los viernes.
Ah, la volátil efusividad de los viernes
manchada de origen por la tinta onerosa
de pasado mañana...
Martes, miércoles, jueves de vacío...

Así el amor,
con sus viernes de encuentro y locuacidad,
tiene sus sábados de efusiva alegría,
veteada de ásperos augurios
y sus domingos serios,
en los que amanecemos
nos miramos a la cara y nos reconocemos
--marcados de ocultas añoranzas--
como los extraños que se desperdirán
el lunes temprano en un andén
del metro cotidiano y no,
no voltearán.
Martes, miércoles, jueves de vacío.