sábado, 14 de febrero de 2015

Semanario

                                         Odio que mi vida esté parcelada en semanas
                                                                                            Alvar Torres


Los domingos son rancios por su regusto a lunes.
Los sábados los anteceden, anticipan y --aunque ebrios--
ocultan mal su tristeza y pesadumbre
que estropea los viernes.
Ah, la volátil efusividad de los viernes
manchada de origen por la tinta onerosa
de pasado mañana...
Martes, miércoles, jueves de vacío...

Así el amor,
con sus viernes de encuentro y locuacidad,
tiene sus sábados de efusiva alegría,
veteada de ásperos augurios
y sus domingos serios,
en los que amanecemos
nos miramos a la cara y nos reconocemos
--marcados de ocultas añoranzas--
como los extraños que se desperdirán
el lunes temprano en un andén
del metro cotidiano y no,
no voltearán.
Martes, miércoles, jueves de vacío.