Mis recuerdos infantiles de Londres son la topografía de mi alma.
Al centro un hogar familiar rodeado de calles aledañas claras y conocidas que se van volviendo vagas y amenazantes conforme nos alejamos.
Hay cruces atoradas por allá en Cromwell Road.
Una maestra española repitiendo oraciones sólo a medias colegidas.
Un siniestro percance de un puño contra mi hocico desprotegido.
El paso luciérnaga de autobuses que no llevan pasaje....
Donde el inconsciente se disfraza de calles aledañas que se oscurecen o difuminan, y las certezas y terrores cobran forma de farolas y sombras abisales.
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