elevados
en la arena más fina fría sin fin
los gemelos
lo contemplan todo todo
con inmensas
intensamente iluminadas
abstracciones
y nada nada es singular
cada instante
es una corona de limpia irradiación
un agave
simétrico perfecto que los alela
idéntico al anterior
y al siguiente y
al que nunca ocurrió y al
que quizá quizá
temblorosos despegan
esos granos
densos de sol que son que no que no son
y en todo todo concordancia
salvo en el número de los destellos
que estallan al obturar
los párpados
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