miércoles, 28 de septiembre de 2011

Niño perdido

Te imaginamos lejos –tus amigos-

caminando ligero

sobre el pretil de un horizonte.

Altos contrastes de oscuridad o sol

delineándote. Esbelto y delicado

desciendes sobre un valle

en que se incuba una ciudad

de aristas y reflejos.

Te abren la puerta de un hostal

y al día siguiente partes

después de celebrar –bien afeitado-

uno de esos coloquios que te han dado fama

con los más viejos, o sabios, o curiosos.

Te imaginamos sobre un río.

Sobre un mar de miel, calmado,

consultando tu reloj y anotando

futuros sin nunca ni un momento

voltear para ver o imaginar a tus amigos

que te imaginamos perdiéndote,

perdido.

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