Me encandilé muy joven con la hija de un doctor
y di largos rodeos sin llegar a decírselo.
Son horas confusas las del primer ardor.
Hay enredaderas –dicen- que sacrifican su flor
Por sofocar violentas todo rival que brote...
El jonrón es parábola y parálisis; el triple
el pandemonio de una coreografía de diez;
trece segundos con el alma en un hilo,
el universo descarriado en busca de equilibrio...
Me encandilé muy joven con la hija de un doctor.
Corrí y corrí con todo cuando escuché el rumor
pero al doblar la esquina noté el balcón vacío.
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