jueves, 28 de octubre de 2010

El hombre que se volvió

Ella mira su rostro inquisitivo
Iluminado por un sol oblicuo.
Él se acerca a milímetros del vidrio
--escurrido, opaco-- y se evapora.
Ella sembrada en el cristal, en la tiniebla.
Él nadando en la luz de la mañana.
Ella cimbrada pero inmóvil y aterida.
Él inquieto y reculando sorprendido
Ella ya condenada a recordar estos segundos.
Él a olvidarlo todo.
Ella ya no distingue día y noche.
Él ya se expande hasta ocupar todo el vacío.
Ella queda silueta, brillo, pensamiento,
Y cuando sueña sueña con los rasgos
Inquisitivos, limpios, de aquel rostro.
Él.

4 comentarios:

Rossana Soriano dijo...

¡¡Las fotos se ven padrísimas!! ¡Lástima que están superchiquitas! ¿Cómo las puedo visualizar en tamaño más grande? ¿Quién las toma???

Carlos López Beltrán dijo...

son casi todas fotos que yo he tomado aquí y allá; dime dónde y cuál y te la hago llegar Rossana

Carlos López Beltrán dijo...

carloslopezbeltran@gmail.com

Anónimo dijo...

Queridísimo Carlos, entro con frecuencia a desencuadernado y lo disfruto muchísimo. Nunca te escribo comentarios, pero el hombre que se volvió me gustó tantísimo que decidí decírtelo así, en público. Besos. Concha