Lo arrancas de raíz y grita.
Grito con forma y fuerza de raíz.
El inquilino es así.
Emperrado y correoso y grita.
Grita si se le extirpa de raíz.
Una zarpa que se hunde en las tetillas.
En el ano del estómago y las ingles.
Como raíz se aferra a su terrario.
Como mandíbula a su bocado.
El invasor se prende de la carne.
Desgarra su fibra al extirparse.
Lo sacas de raíz y escupe ligamentos.
Glándulas en jirones y lamentos.
Palpita mientras lo agarras y te agarra.
Lo coges y te coge. Palpitas.
Él te arranca de raíz. Tú gritas.
Grito con flaqueza de raíz extirpada.
El inquilino eras tú.
sábado, 23 de enero de 2010
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