Ratas, comida rápida, cabreo,
asiduo al locutorio y al correo,
y no al bar de los vecinos sin papeles,
nada puedo decir desde mi duelo
de la gente que cruzo en mi paseo,
salvo que me definen (extranjero).
Revivo al descubrir en ciertos rostros
similitudes vagas, asideros
que alisan la textura del sesteo
lleno de scratch y escoria de estos días
con el sedante humor de algún recuerdo.
Me sitia un parroquiano parloteo,
en árabe o francés. Cuando no leo
en el café, acudo a mi cuaderno
(llevo el ritmo del verso con los dedos).
Entre repeticiones y paréntesis
le voy quitando punta a los deseos,
y atarugo el dolor, y pienso menos.
sábado, 5 de enero de 2008
Recuerdo París, 1999
entre mierda pisada
y mierda sin pisar
que ocultan las hojas
por disimular
encuentro el camino
por el bulevar
y mierda sin pisar
que ocultan las hojas
por disimular
encuentro el camino
por el bulevar
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